Renacimiento vasco
Club Rotario de San Sebastián (España)
No encontrarás muchos clubes rotarios en la región vasca del norte de España nos informa Iñaki Álava, socio del Club Rotario de San Sebastián, mientras toma un té en una cafetería ubicada en el exclusivo barrio de Gros de esta ciudad costera.
Luego explica por qué.
Hoy, San Sebastián es conocido por su dinámico panorama playero y por su magnífica gastronomía. Sin embargo, hace poco tiempo, el ambiente aquí y en toda España, era mucho menos festivo.
Durante casi cuatro décadas, la dictadura de Francisco Franco persiguió a comunistas, intelectuales y otros presuntos enemigos del estado, incluidos los rotarios. Bajo su régimen fueron asesinados decenas de miles de adversarios políticos, algunos de ellos mediante el garrote, un collarín de hierro que se ajustaba alrededor del cuello del reo. Estos métodos convencieron a muchas personas de la conveniencia de no participar en actividades cívicas.
“El régimen implementó un plan de marketing muy efectivo para eliminar a los rotarios”, señala Álava, socio desde 2012 y profesor de la Universidad de Mondragón, quien enseña química a estudiantes de ciencias culinarias y artes gastronómicas. La retórica antirotaria del régimen era intensa y omnipresente. En 1936, se prohibió por completo la existencia de Rotary y durante cuatro décadas, la presencia de Rotary en el país estuvo silenciada.
Si bien el club de Álava se remonta al año 1926, al momento de su fundación era el cuarto club rotario de España (el Club Rotario de Madrid, fundado en 1921, fue el primero del continente europeo), sus socios se vieron forzados a suspender sus actividades durante el régimen de Franco. Cuando el país adoptó plenamente la democracia a fines de los años setenta, los clubes rotarios volvieron a surgir en todo España. El Club Rotario de San Sebastián comenzó a funcionar nuevamente en 1979, pero en el país vasco, la reactivación de los clubes ha sido lenta. Según Álava, muchas personas aún tienen una impresión negativa de Rotary o simplemente “no saben qué es Rotary”.
Los rotarios de San Sebastián trabajan arduamente para cambiar esto. Aún se reúnen en su sede original, el elegante Hotel Londres, el cual disfruta de una magnífica vista del Paseo de la Concha. Los rotarios se reúnen allí una vez a la semana para tratar sobre sus proyectos en curso, excepto en agosto, ya que durante ese mes muchas personas en España y el resto de Europa se encuentran de vacaciones. Asimismo, una vez al mes realizan un evento social, según Álava, estos eventos constituyen la oportunidad perfecta para celebrar los logros del club.
Hace tres años, los socios del club elaboraron un plan estratégico con ideas para proyectos que les parecían importantes para cumplir su misión e incorporaban un elemento de servicio comunitario. Estos abarcaron varios proyectos en beneficio de niños con cáncer y sus familias; la recaudación de fondos para obsequiar un perro de compañía a un niño con autismo severo y trabajo para ayudar a personas que viven en condiciones de pobreza.
También patrocinaron un club Rotaract, el cual fue fundado en 2016 con la hija de Alava, Joanne, en el cargo de presidenta. Durante su primer año, el club comenzó un programa que transporta a residentes de avanzada edad en bicicletas de estilo ciclotaxi. Estas están decoradas con la bandera de Rotary para atraer la atención del público mientras los rotaractianos pedalean por la ciudad.
A ojos de los visitantes, y hay muchos ya que la población de la ciudad se duplica en los veranos, San Sebastián es un lugar de diversión permanente. Durante la temporada turística alta, las toallas y quitasoles se superponen en la suave arena de la playa de La Concha a lo largo de la bahía en forma de media luna. Los bañistas nadan codo a codo en las suaves olas y los surfistas disfrutan de las olas a la vuelta de la esquina.
Los turistas también visitan la ciudad por su gastronomía. San Sebastián es conocida por sus bares y restaurantes vascos, varios de los cuales han ganado fama internacional por sus excelentes calificaciones en La Guía Michelín. La ciudad cuenta con más de 100 sociedades gastronómicas, clubes a los que se puede ingresar solo con invitación donde sus integrantes se turnan para cocinar unos para otros. La preparación de exquisita comida es aquí motivo de orgullo cívico.
En las estrechas calles de la parte vieja de la ciudad, bares de tapas sirven cerveza, sidra y pintxos (la versión vasca de las tapas) hasta bien avanzada la noche. A medianoche durante el verano, los niños aún juegan en los parques infantiles, los músicos callejeros tocan sus instrumentos y los paseantes disfrutan de las múltiples delicias de la gastronomía vasca.
Conforme a esta tradición, el Club Rotario de San Sebastián organiza eventos gastronómicos para recaudar fondos, lo que representa una apuesta segura en esta ciudad de conocedores culinarios. El club también organiza conferencias para grupos de la comunidad con el objetivo de atraer a nuevos socios y para "mostrar que Rotary no es el diablo", señala Álava. De hecho, fue en una de estas conferencias, un evento sobre nanobiotecnología realizado hace seis años, cuando Álava descubrió Rotary y decidió afiliarse.
En la actualidad, el club cuenta con 23 socios y la percepción pública de la organización ha mejorado perceptiblemente. “La gente solía ver a los rotarios como rebeldes”, señala. “Yo creo que eso ahora ha cambiado”.
— Kim Lisagor
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